martes, marzo 02, 2004

Donnie Darko (2001)
Director: Richard Kelly

Si hay una palabra que pueda definir a esta película es “bizarro”, esta inclasificable pero sorprendentemente original película mezcla todos los posibles géneros cinematográficos (comedia, ciencia-ficción, drama juvenil y horror, entre otros) para presentar un viaje que por momentos resulta fascinante y en otros falla en lograr dejar una impresión profunda en el espectador. Sin embargo, resulta amplia y perturbadoramente entretenida la mayor parte del tiempo.

Jake Gyllenhaal (October Sky) interpreta a Donnie, un adolescente al borde de la esquizofrenia que poco a poco deja de distinguir entre los hechos más impactantes de la realidad (el choque de un avión que destroza su casa, en particular su cuarto) y las más bizarras alucinaciones (particularmente la de un extraño y reptiliano tipo de conejo del tamaño de un hombre, con una voz sumamente creepy que lo impulsa a realizar actos de vandalismo y destrucción).

Al mismo tiempo, el joven Donnie comienza a obsesionarse con la ciencia de los viajes en el tiempo y, en medio de sus alucinaciones, comienza a tener una profunda percepción de los aspectos más sutiles del mundo a su alrededor (la energía que desprenden todos los seres vivos, por ejemplo). Por si esto fuera poco, la escasa interacción social que tiene con la chica nueva del barrio (la preciosa Jena Malone, y si no saben quien es deberían averiguarlo) se ve cada vez más limitada por las visiones apocalípticas del joven que nadie más parece compartir.

Como ya dije, el film aborda los temas de la angustia adolescente, la religión, el amor y la ciencia ficción, en una forma muy poco ortodoxa que dejará a más de uno rascándose la cabeza intentando descifrar lo que acaba de ver (este tecleador incluido), pero no deja ser un viaje que vale la pena realizar simplemente para conocer algo totalmente distinto a lo que Hollywood nos tiene acostumbrados.

La historia está ambientada en los años 80, y el director Richard Nelly hace un excelente trabajo en transmitir al espectador el ambiente de esos años. Por supuesto, en mucho se ve ayudado por una excelente y en ocasiones espeluznante banda sonora, de la cual se destaca la canción “Mad World”, de Gary Jules (la cual, si pueden, deberían bajar).

¿Por qué ver esta película? Es un saludable, refrescante y extraño cambio a los temas que suele tratar el cine norteamericano, lo cual ya es una razón de sobra para apreciarla. También es un excelente reto mental, porque si alguien logra entenderla en toda su profundidad en la primera ocasión que la vea, se merece mis respetos. Y además, que me la explique, porque yo sigo preguntándome realmente qué sucedió al final.

La película no es nada fácil de conseguir, ya que no recibió mucha publicidad ni muy buenas críticas, pero créanme, vale la pena verla, aunque sea para aventarse un viaje sin necesidad de tomar ningún tipo de droga.

De acuerdo al Diccionario Cambridge de la Lengua Inglesa, la palabra eerie puede definirse como “extraño en una forma misteriosa y aterradora”. Así es esta película, y esa descripción por sí sola ya debería despertar el interés de cualquiera.