miércoles, marzo 10, 2004

Mientras tanto en la dimensión repetitiva:

¿Notaron cuantas veces escribí la palabra sublime en la reseña anterior? Un premio para el primero que las cuente. Por otro lado, cuando uno escucha la voz de Risa Ohku cantando The Promised Land no puede menos que pensar lo maravillosa que resulta.

Y ahora, después de echarle tantas flores a este disco, espero que lo menos que haga el público cautivo es correr a comprarlo, y si no pueden al menos bajen las canciones de internet. Como ya les dije, no se arrepentirán.