Con Scott Bakula, John Billingsley y Jolene Blalock
Enterprise es la última entrega en la ya legendaria saga de Star Trek (Viaje a las Estrellas), serie que se ha convertido en un verdadero culto entre miles de fans de todo el mundo, cuya devoción sólo se ve rivalizada por la de otros igual de fieles: los seguidores de la saga de Star Wars (La Guerra de las Galaxias).
La historia tiene lugar a mediados del siglo 22, muchos años antes de las ya conocidas aventuras del famoso capitán Kira y el señor Spock. Bajo el mando del capitán Johnatan Archer (Scott Bakula), la tripulación de la primera nave terrestre con capacidad Warp 5 (el NX-01 Enterprise), comienza su exploración de la galaxia y realiza los primeros contactos con muchas civilizaciones nuevas para los humanos, pero conocidas para las fans (como los Klingons o los Andorianos), incluyendo a los Vulcanos, quienes funcionan como una especie de “chaperones”, vigilando los primesos pasos de la humanidad en sus viajes interestelares, y procurando que no se metan en muchos problemas (cosa que siempre hacen, pero logran salir airosos de ellos).
Aunque actualmente se encuentra en su tercera temporada, vale la pena que le echen un ojo a la serie si pueden conseguirla, ya que es un excelente punto de partida para empezar a adentrarnos en el complejo y rico universo de la saga trekie, además de que incluye algunos de los personajes más interesantes que ha presentado la saga. John Billingsley (que interpreta al Dr. Phlox) realiza un excelente papel como el jefe médico de la misión, que en todas las entregas de la serie ha sido un papel sobre el que recae mucho del peso humorístico y humano del programa. Ni que decir de Jolene Blalock, quien como la subcomandante T’Pol interpreta a uno de los más convincentes vulcanos que me haya tocado ver.
Desde el primer episodio, la tripulación se da cuenta que su nave es el principal frente de batalla en una extraña “Guerra Fría Temporal”, de la cual dependen no sólo el futuro de la humanidad, sino de toda la Federación Galáctica (la cual aún no existe en esta época). Frecuentemente se ven enfrentados a los Suliban, una agresiva raza extraterrestre que es parte de la facción enemiga y que recibe órdenes de una misteriosa entidad proveniente del futuro.
Hacia el final de la segunda temporada, las cosas toman un giro dramático, cuando una raza extraterrestre conocida como los Xindi realiza un ataque a la Tierra, matando millones de seres humanos en el proceso. Con los Xindi preparando otro ataque y la humanidad enfrentándose a una casi segura destrucción, la tripulación del Enterprise se encuentran con una sola opción: convertir su misión de exploración y descubrimiento en una lucha desesperada por salvar a la humanidad.
La tercera temporada nos ha mostrado poco a poco la difícil búsqueda de la nave dentro de la Extensión Delphi, para encontrar y detener a los Xindi, y con el destino de la humanidad en sus manos.
¿Por qué ver esta serie? Para empezar, porque es sumamente interesante, con un rico argumento y giros de la historia que mantienen al espectador siempre interesado. Los fans de la serie no necesitan ser convencidos, saben que el nombre Star Trek es garantía de historias absorbentes y fantásticas, de lo mejor que el género de ciencia-ficción puede ofrecer. Y como lo dije, para los que quieran echar una primera mirada a este complejo universo, no hay mejor punto de partida.
Desde la música que acompaña a la presentación ("Faith of the Heart", interpretada por Russell Watson y compuesta por Diane Warren) y las imágenes de la evolución humana en la carrera espacial (desde los primeros vuelos de los hermanos Wright hasta llegar a los satélites y a la propia nave Enterprise), la serie nos deja un agradable y nostálgico sabor de boca, pues todo se siente a la vez nuevo pero familiar, desde el equipo y armamento con que cuenta la nave, hasta su actitud ante las nuevas razas y problemas con los que se topan.
A final de cuentas, todo se resume a ese viejo e inmortal arquetipo de las historias de aventura: la interminable curiosidad del ser humano y esa pasión por descubrir los rincones más lejanos del universo, “a donde ningún hombre ha llegado jamás”.